domingo, 22 de noviembre de 2009


Próximamente lanzamiento del 2do. número de EXTINCIÓN


Desde el primer lanzamiento de nuestra publicación (Octubre – Noviembre 2008) el tiempo se ha hecho largo en acontecimientos socio-políticos, lo que ha provocado movilizar nuestras ideas y avocar la atención más aún en despojarnos de la opresión que ejercen sobre nosotros las instituciones y la sociedad antropocéntrica.


No somos los que escribimos líneas en postura de víctimas, sino que lejos de culpar a las cúpulas dirigentes excluyentemente, tratamos las situaciones desde lo social. Sin vernos como los inocentes ni ver a otros como los culpables; sin ser los atemporales radicalizados viviendo una vida pendiente a este sistema y a estas instituciones de control social, las cuales marcan las reglas de juego y muestran qué es lo justo y qué no lo es; tampoco colocándonos en la posición de teóricos anónimos de un movimiento infalible pero invisible, o arrastrando éxitos políticos como pancartas, exponiendo rostros de mártires y sentencias a los culpables del todo, imitando exactamente sus mismas prácticas. Realmente queremos ubicarnos lejos de esos parámetros donde cada clase puede buscar culpas o justicias (siendo estos dos homónimos en estos casos).


¿Por qué vamos a mostrarnos como las víctimas del control social?, si realmente detestamos esa práctica. Mostremos nuestra necesidad de expansión como los realizadores de nuestras propias vidas, y no como mediocres esperando que desde los altares se dirijan las órdenes a las cuales debemos ser serviles.


Es obvio que los modelos económicos – sociales – políticos – de clases – son todas estructuras de opresión, pero: ¿sobre quiénes?. Existiendo la sumisión, estas "teorías" se presentan como infalibles, más al tener cientos de años de práctica y liderazgo, en algunos casos, a nivel mundial. También es notorio que estas prácticas están desgastadas y solo continúan posicionándose, no por rendimiento, sino por trascendencia a nivel temporal, más si tenemos en cuenta el dominio absoluto sobre las sociedades de ciertos modelos políticos.


En la línea de la lucha contra la opresión en los animales no humanos, nos hemos ubicado en el plano de boicot, agrupándonos con otras organizaciones internacionales (ver el blog para más información) en campañas informativas sobre quiénes son los distintos explotadores y en qué formas ejercen la explotación. La más fuerte este año ha sido contra los laboratorios que experimentan en animales, haciéndonos presentes tanto en sus oficinas como en las calles a través de afiches y materiales informativos.


Sin caer en peticiones a niveles de gobiernos, ni en pretender “atenciones diferentes” por ser “animales indefensos” (esas serían posturas netamente humanistas) buscamos el cese total de estas prácticas porque planteamos otra visión de los actos. No somos el recurso de otros. Tanto se aplica esto a un empresario que ganará el 90% y dará el 10% a sus empleados (práctica que se puede entender en lo cotidiano como normalizada por el modelo social antropocéntrico), como al caso de la ciencia que ubica los animales como metodología científica para sus drogas a desarrollar (incluso se ha discutido ampliamente sobre la práctica de la vivisección en el marco de científicos abocados, porque realmente la ven como un recurso innecesario y fraudulento, ya que se repiten varias veces las mismas prácticas desarrolladas hace años teniendo pésimos resultados sobre los humanos por ser éstos diferentes a los animales no humanos; y en lo único que colabora esto es en la aprobación regular de las drogas lanzadas a nivel de venta y consumo. Justamente se lo considera como un “negocio fraudulento”, por su ubicación en el marco legal). Cabe remarcar que los animales no humanos son colocados como objetos a nivel legal y moral por dichas instituciones.


Nosotros nos proclamamos como quienes lucharemos por preservar nuestra existencia, así como la naturaleza desprende sus raíces sobre los bloques de concreto más perfectamente moldeados, tal como los salvajes dejaron su sangre en los bosques más profundos. Desconocemos todo marco legal moldeado por los “perfectos dueños de la tierra”. Hoy, reivindicamos nuestros derechos naturales y somos nuevamente parte culpable de lo que suceda siempre. La tierra es nuestra. Y nos seguirá otorgando la más increíble capacidad, la de sentirnos libres.


Editorial de Extinción Nº2.



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